por Adrián Durán
El próximo domingo 15 de junio, Colombia celebrará la segunda vuelta de los comicios presidenciales, en la que los ciudadanos decidirán entre dos candidatos que difieren, entre otros puntos, sobre el proceso de paz en el país suramericano y las relaciones bilaterales con Venezuela.
Para el psicólogo social y magíster en Filosofía colombiano, Edgar Barrero, Colombia se encuentra en una encrucijada, pues los ciudadanos deben analizar si permitir que el candidato del uribismo, Óscar Iván Zuluaga, llegue al poder, "cuya promesa es la guerra, la muerte, la destrucción, la masacre", o darle continuidad al Gobierno de Juan Manuel Santos, quien aspira a la reelección y ha abogado por dar continuidad a los diálogos que mantiene su Gobierno con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (Farc-EP) en La Habana, Cuba, para ponerle fin al conflicto armado.
"En Colombia estamos en un proceso político muy complejo, con una ultraderecha organizada, con una derecha siguiéndoles los pasos, con una izquierda muy dividida y con unos niveles altísimos de abstención inexplicable", analiza Barrero, Invitado al Foro Internacional Conjura de los Medios Contra Venezuela, que se realizó en Caracas entre el jueves 5 y viernes 6 de junio.
En entrevista concedida a la Agencia Venezolana de Noticias, señala que los colombianos tienen que decidir entre la "la ultraderecha brutal y bestializada, que representa Óscar Iván Zuluaga" y la postura de derecha de Santos, quienes obtuvieron la mayoría de votos en la primera vuelta del 25 de mayo, aunque no el 50% más uno de los sufragios, porcentaje requerido para ser electo como presidente en la primera vuelta en el país suramericano.
En este sentido, el profesor universitario, investigador y escritor se refiere a la Alianza Verde Progresista, de orientación centro, y el Polo Democrático Alternativa, de izquierda, que apostaron por la paz al brindarle su apoyo a Santos.
Esta decisión -indica Barrero- "es la paradoja más grande que ha tenido que enfrentar la izquierda colombiana en los últimos tiempos".
Elecciones en medio de terrorismo paramilitar
El miembro de la mesa de la coordinadora de la Asociación Latinoamericana para la Enseñanza y el Aprendizaje (Alphesi) puntualiza que el nivel de abstención (alrededor de 60%) y los resultados de los comicios del 25 de mayo pasado se deben a una campaña de terrorismo, corrupción y manipulación emprendida por parte de sectores políticos del país vinculados al paramilitarismo.
"Lo que ha habido en Colombia desde hace muchos años es una campaña de terror y de mecanismos concretos de guerra sucia", considera Barrero.
"Hay toda una campaña de terror que no se siente tanto en las grandes ciudades, pero sí en las poblaciones alejadas de Bogotá (capital), donde esa campaña hace que la gente vote por la ultraderecha. Esa campaña la utilizan los grupos paramilitares", denuncia el analista.
Precisa que el mecanismo de miedo es muy efectivo, pues no se enfoca en una sola persona, sino en la comunidad. "Si hay un voto distinto, la comunidad paga. Es un efecto tremendo porque pone la responsabilidad en todos", concreta el investigador colombiano.
Dentro de esta campaña -dice Barrero- hace parte de la guerra psicológica que genera una especie de ambigüedad, al generar confusión o estados de esquizofrenia social, en el que se crean múltiples realidades.
En su opinión, Zuluaga, quien es apoyado por el expresidente Álvaro Uribe Vélez, ha mantenido esta estrategia al decir que de resultar electo exigiría a las Farc-EP el cese de todas sus acciones en el país. Sin embargo, tras ganar la primera vuelta, Zuluaga ha suavizado su discurso al expresar que sí dará continuidad al proceso de paz, pero con condiciones.
"Es como si estuvieras en un juego interactivo. Llegas a un nivel, pero si te descuidas, caes a otro, y al final la gente termina muy confundida", puntualiza Barrero.
Tomado de: http://www.avn.info.ve/
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