por Arianne Cuárez

El 4 de mayo de 1966, la cineasta venezolana Margot Benacerraf, autora de películas tales como Araya y Reverón, concretaba la creación de un proyecto cinematográfico que acercaría el cine al pueblo venezolano con la apertura de dos salas en la ciudad capital.
"Margot Benacerraf concretó este proyecto y se hizo la primera proyección: Barba Rojas –una película de Akira Kurosawa creada en 1965, que retrata la vida de un doctor al que le llaman Barba Rojas y ejerce sus labores en una escuela rural-. Así nació la Cinemateca Nacional como un gesto de interés por el cine", expresó Xavier Sanabria, presidente de la Fundación Cinemateca Nacional, desde su despacho, ubicado en las torres del Centro Simón Bolívar, en el centro de Caracas.
En conversación con la Agencia Venezolana de Noticias (AVN), Sanabria expresó que desde ese entonces, la cinemateca ha trabajado de manera ininterrumpida a lo largo de 48 años, sobreviviendo a la censura que fue sometida por gobiernos de cuarta República, aquellos de la falsa democracia representativa. En la actualidad, la cinemateca cuenta con más de 17 salas en todo el país y otras 100 salas ubicadas en las parroquias venezolanas, así como la creación de equipos para hacer cine desde la calle.
Desde su creación hasta la actualidad, Sanabria afirma que ha habido "un proceso de transformación" en la cinemateca, una evolución asumida desde el compromiso de visibilizar la filmografía creada en distintos países del mundo, avanzando en la construcción de una audiencia más crítica, que opte por un cine diferente, ese que rompa con el molde de la industria hollywoodense con el cual las salas de cine comerciales permanecen aliadas de manera constante, debido a intereses comerciales y no culturales.
"Ha habido un gran cambio en la evolución de la cinemateca. Antes, la cinemateca sufría una cultura de élites, y no fue sino hasta la llegada de la democracia participativa y protagónica –liderada por la Revolución Bolivariana- que la cinemateca se centró en la cultura de lo popular y fue entonces cuando se dio un proceso de resignificación", señaló.
Un espacio para la formación cultural
Fue precisamente con la llegada del comandante Hugo Chávez a la presidencia, hecho que ocurrió en 1999 y con la aprobación del pueblo a través del voto popular, que el pueblo venezolano comenzó a reencontrarse con sus orígenes, con su cultura, a través de un proceso de descolonización que llegó, incluso, a los artículos y las leyes de la Constitución de la República.
A partir de ello, la cinemateca se transformó en un espacio para la visibilización de otro tipo de cine, esto como una responsabilidad por parte del Estado para avanzar en un proceso de transformación apegado a los intereses de los venezolanos.
Esta labor ha sido asumida por diferentes entes culturales del Estado. En el caso de la Cinemateca Nacional, la institución ha elaborado diferentes proyectos para la formación del pueblo y su acercamiento con la cultura.
Uno de ellos, explicó Sanabria, "es la programación de exhibición que tiene la Cinemateca, las colecciones fotográficas sobre el cine, esas que forman parte del hecho cultural cinematográfico en nuestro país". También, "está el centro de investigación y documentación que hace investigaciones sobre el cine y las lleva a los libros. Esta es una forma de llevar a nuestra audiencia más allá, de formar otra conciencia", explicó el titular de la institución.
A estos proyectos se suma la creación de cine foros en distintos lugares del país, proyecciones en las calles, y talleres de lectura y escritura del lenguaje cinematográfico, dirigidos a conocedores e interesados en este arte.
Todos estos proyectos hacen de la cinemateca "el ente de la institucionalidad cinematográfica que más se acerca a la audiencia", con el firme objetivo de abrir los ojos a un universo creador, que cada vez más está siendo dirigido por nuevos creadores, jóvenes en su mayoría, que le apuestan al cine que refleja la realidad, la historia de los pueblos indígenas, los conflictos de la sociedad, lejos de un final feliz.
Nuestro propósito con estos objetivos, expresó el presidente de la Cinemateca, "es consolidar la creación de una audiencia que esté acorde a los momentos que vivimos. Una audiencia que trabaje socialmente, en colectivo, que permanezca en el sentido del impulso de la creación. Todo ese conjunto de elementos confluyen en la cinemateca nacional", dijo.
AVN




