por Daniel Rojas
Es una herencia antiquísima de los indígenas Arawacos, cuenta con beneficiosas cualidades nutritivas, y representa un rasgo de la cultura culinaria venezolana. Como huella de la alimentación prehispánica ha logrado trascender al paso del tiempo. Así es el casabe.
Quizá para la mayoría de nosotros es un elemento del menú criollo, pero lo cierto es que con cada ingesta de este alimento, elaborado a partir de la yuca amarga, proveemos a nuestro organismo de vitaminas, minerales y fibra. Por ello, el casabe es una excelente opción a la hora de mantener nuestro peso, pues ayuda a eliminar del organismo todo lo que sobra, facilitando la digestión.
Entre los beneficios que aporta resaltan las variedades de vitaminas del grupo B necesarias para mantener los tejidos corporales y el correcto funcionamiento de los diferentes órganos. La vitamina C es otra destacable, ya que el casabe es un tipo de pan que la contiene en altas cantidades, ayudando a reforzar nuestras células para protegerse frente a los ataques de los radicales libres, además de reforzar el sistema inmunitario del organismo.
Los minerales son otro de los beneficios que brinda este alimento, y es que entre sus nutrientes hay que destacar un largo rosario de minerales como el calcio, el hierro, el magnesio y el potasio, imprescindibles para el correcto funcionamiento de nuestro cerebro y del organismo.
Pero, sobre todo, por lo que es importante exaltar al casabe es por la cantidad de fibra que suministra al organismo. No hay que olvidar que la yuca es un tipo de tubérculo que contiene infinidad de fibras que forman parte del proceso de eliminación de toxinas.
Tan saludable resulta que 100 gramos de este producto se traducen en aproximadamente 343 calorías. De acuerdo a los expertos tiene bajo contenido de proteínas, es libre de grasa y sal, y es considerado un aliado contra el estreñimiento y las flatulencias. No requiere de conservantes artificiales para su preservación, ya que gracias a su método de preparación puede durar hasta ocho meses en buenas condiciones.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) la yuca es la cuarta fuente de calorías del trópico después del arroz, maíz y el azúcar.
Su preparación comienza desde la eliminación de la cáscara protectora de las raíces de la yuca, para luego rallarla y vaciar la pulpa resultante en el exprimidor que se encarga de eliminar completamente el ácido cianhídrico de la yuca amarga, que es eliminado fácilmente por la acción del calor.
El sol es fundamental en este proceso puesto que la pulpa se seca al aire libre antes de que la harina resultante sea extendida en budares, cocida y nuevamente asoleada para luego almacenar.
Ideal para todas las comidas
El casabe es muy versátil y se puede consumir de maneras diversas. Funciona como base de un desayuno o cena bien sea que se le agregue queso, atún o vegetales. Es también el acompañante ideal de sancochos y sopas, y la pareja perfecta de las salsas o dips en una celebración. Además, es el componente básico del dulce llamado Naiboa, que consiste en una especie de sándwich hecho con dos tortas de casabe y relleno con papelón rallado o melaza.
También existen otras variedades del casabe como el Jaujau para el que se emplean los mismos ingredientes del Naiboa, pero con panelas pequeñas y cuadradas; y el Gofio elaborado con miel de caña, canela, clavo y casabe molido.
El casabe que consumimos normalmente en Venezuela es elaborado en varias versiones: el tipo galleta (delgado y crujiente, que tiene solo una capa de harina de yuca) y el familiar (más grande y con dos capas).
Recientemente, y ante su evidente potencial como acompañante, su formato ha sido reducido a pequeños discos conocidos como casabitos que se han ido ganando su lugar en los anaqueles y mesas venezolanas.
Este alimento se elabora principalmente en algunas comunidades de los estados Bolívar, Monagas, Anzoátegui, Sucre, Miranda, Guárico y Carabobo. Pero, debido a que en los últimos años este producto ha alcanzado altos niveles de consumo, particularmente la región oriental, su elaboración continúa expandiéndose a otras áreas de la geografía nacional.
Aunque se han elaborado varias frases que relacionan al casabe con la falta de sabor, pueden llamarle insípido pero de su textura y cualidades nutricionales nadie reniega. Aparte, es amigable para el bolsillo, debido a su bajo costo, y puede encontrarse por doquier, siempre que el antojo así lo amerite.
Sin colesterol, sin grasa, sin gluten, el casabe es fibra natural con alto contenido nutricional que médicos y gourmets recomiendan por igual.
Tomado de: http://www.avn.info.ve/
